PREPARACIÓN DE LOS CANARIOS DE
CANTO PARA LOS CONCURSOS
(5ª PARTE)
A lo largo de las líneas precedentes, hemos visto que en algunos casos los giros defectuosos son susceptibles de ser corregidos o, al menos atenuados, dependiendo de su causa de origen. Cuando esto no es posible, el canaricultor debe recurrir a medidas más contundentes.
Nos hemos declarado, al inicio del presente trabajo, contrarios a la utilización de maestros para educar a los canarios de Canto Español (Timbrado), dada la riqueza genética de nuestro cantor nacional, y lo contraproducente de tal práctica para la mejora del patrón innato que rige el canto de nuestros canarios. Tras esa práctica se esconde, generalmente, una canaricultura de tipo conservador y sin riesgos, que pretende asegurar el éxito en los concursos y la venta de las copias. No obstante, el canaricultor que no pajarero—sabe que, en algunos casos, la utilización de maestro podrá estar justificada. En efecto, la práctica indiscriminada de la educación con maestros es criticable, pero la misma práctica utilizada en casos concretos y justificados puede ser instructiva. Sin duda alguna, la corrección de ejemplares que presentan en su canto giros defectuosos, es uno de esos supuestos en los que podría parecer justificada la utilización de un tutor, que tendría como función la educación de los ejemplares que por sí solos no han tenido las suficientes facultades para realizar su canto bajo los parámetros mínimos exigibles a una de canarios canto. No obstante, si pensamos detenidamente sobre esta cuestión, nos daremos cuenta de que no merece la pena realizar tal práctica. Con todo, haremos una referencia con carácter puramente educativo.
El tipo de educación referido debe ser llevado a cabo bajo una serie de requisitos, que se me antojan indispensables, a la vez que difíciles de cumplir por la mayoría de los canaricultores. Dichos requisitos son sitio, tiempo y un ejemplar que reúna las condiciones necesarias para la tarea de la educación. De los dos primeros no hace falta hablar, del tercero haremos una escueta mención. El criador de canarios de canto debe ser consciente de que, si no cumple estos tres requisitos, debe desprenderse de los ejemplares con giros defectuosos en el momento que los descubra.
Del tema de los maestros se ha traslado en un gran número de trabajos, quizás en demasiados, pero, en la opinión de la mayoría de los aficionados, el enfoque que se le ha dado al tema es cuando menos, insatisfactorio. De todas formas, si en algo coinciden todos los que han tratado este asunto; es en que el ejemplar utilizado para esta tarea debe tener una gran calidad y carecer de defectos en su canto. Debe ser un canario en el que las cualidades sonoras (tono, intensidad y timbre) y las cualidades musicales (ritmo, armonía y melodía) sean perfectas, con un repertorio rico y variado (recordemos que calidad es mejor que cantidad y entre dos ejemplares, es preferible aquel que realice menos giros pero de gran calidad que aquel otro de repertorio más variado pero de inferior calidad). Es fundamental una buena dicción, para evitar que los alumnos asimilen erróneamente la lección y realicen ls giros sin la pureza necesaria, lo que se traduce en giros de deficiente calidad. En último lugar, el maestro será de la misma familia o línea de canto que los alumnos, o por lo menos, tendrá un canto de características compatibles al de éstos. Un problema que se plantea a la hora de utilizar este sistema es el de la conservación del canto de los machos adultos, ya que, normalmente, a medida que entran en celo y se desarrolla la temporada de cría, el canto va decreciendo en calidad, a veces de forma estrepitosa. Sin duda, el maestro ideal sería un canario que no hubiese criado, con lo que, en teoría, su canto estaría mejor conservado, no obstante supondría dejar de utilizar como reproductores a los ejemplares de mayor calidad, con la consiguiente pérdida que conllevaría en el aspecto de la mejora genética. Respecto a la utilización de medios electrónicos para la enseñanza (grabaciones en cualquier tipo de soporte), tengamos en cuenta que a pesar de que la calidad de la grabación sea muy alta, siempre se perderá algún importantísimo matiz tanto sonoro como musical.
Para llevar a cabo la educación de los jóvenes descarriados procederemos a colocar una cortina oscura delante de los mismos, pero guardando una distancia prudencial, a fin de no disminuir peligrosamente la ventilación del lugar donde se encuentren ubicados (en el caso de tenerlos en trasportines puede bastar con tener la puerta o tapa cerrada, siempre, como he dicho, que la ventilación no sufra un menoscabo importante). La finalidad de sumir en la oscuridad a los canarios es inhibir su ánimo de cantar, para que así presten mayor atención al maestro y asimilen correctamente su canto. Si se me permite la expresión, lo que se pretende es bombardear a los ejemplares con el canto del maestro para que sustituyes con defectos con el canto del maestro para que sustituyan el canto propio por el de éste.
El maestro puede colocarse de diferentes maneras, entre los alumnos, enfrente de ellos, etc., lo importante es que el sonido llegue correctamente a estos últimos y que no haya obstáculos físicos que puedan desvirtuar la correcta percepción de sus lecciones.
h) Canto excesivamente pobre y recortado.
Desgraciadamente suele ocurrir que algunos ejemplares desarrollen un carencia de facultades, bien por factores externos, tales como la copia o la incorrecta actuación del criador (por ejemplo, tapar los canarios antes de que cierren canto). No debemos confundir a estos ejemplares con aquellos otro que recorta su canto cuando están a punto de cerrarlo, o con posterioridad a haberlo hecho, ya que, a pesar de que en ocasiones las causas coincidan, la explicación resulta imposible de hacer en la mayoría de las ocasiones, pues hay canarios que sin causa aparente empiezan a encerrarse en una parte de su repertorio, en detrimento de la otra, y ya no e posible hacer nada para remediarlo. Nos referimos únicamente a esos pollos que a lo largo de la evolución de su repaso nunca han mostrado facultades, a pesar de no tener giros defectuosos o negativos, para realizar un canto rico y variado.
La conducta a seguir en estos casos podría ser similar a la que hemos aludido en las líneas precedentes, al hablar de la educación con maestros. La única variante respecto a lo dicho allí es que no debemos sumir a los canarios en una oscuridad absoluta. La cortina tan solo quitará un poco de luz, para que la inhibición del canto no sea absoluta. El objetivo es que los canarios asimilen giros del tutor, pero sin perder el canto propio, de ahí que la semejanza estructural entre el canto del maestro y el de los alumnos deba ser la mayor posible dentro del maestro y el de los alumnos deba ser la mayor posible dentro de nuestras posibilidades. Se trata de enriquecer, no de sustituir.
Recuerde el lector que la educación con maestro es contraria al trabajo consecuente de mejora genética de nuestros canarios de canto.
6. Confección de los equipos: Uno de los momentos más bonitos y complejos, de la preparación deportiva de los canarios de canto es, sin ningún género de dudas, la confección de los equipos. Los equipos, como el lector conoce, son lotes de cuatro canarios de canto similar, en repertorio o registro tonal, que se valoran en atención a la suma de las puntuaciones de cada uno de los ejemplares por separado y al grado de armonía existente entre sus canto. La habilidad de hacer un buen equipo depende, medida, de la sensibilidad musical que tengamos, ya que, por encimas, debemos atender a lo que nuestro oído dictamine.
Los equipos saldrán, en principio, de aquellos lotes de ejemplares que hemos situado juntos al separarlos en jaulas de concurso (vid. Supra punto 3, in fine). Normalmente, los canarios que forma un equipo realizan un repertorio, pero en ocasiones no ocurre esto. Dos son, principalmente, los motivos por los que se confeccionan equipos con ejemplares de canto diferente. El primero de esos motivos es no poseer al menos cuatro canarios que carteen igual, lo que suele ocurrir en los criaderos donde se separaran los ejemplares en diferentes voladeros por hermanos, no todas las parejas dan más de tres machos. El segundo motivo es la originalidad de algunos criadores que, en aras a su gran sensibilidad musical, buscan en los equipos combinaciones canoras más complejas que las que se consiguen con los equipos tradicionales, que en ocasiones pecan de un exceso de monotonía. Además hay canarios que, por sus características particulares, no pueden integrarse en un equipo tradicional, ya que a pesar de su calidad individual, al cantar los cuatro ejemplares no solo no existe la armonía necesarias sino que también, y como consecuencia de ellos, la calidad individual parece disminuir y resulta perjudicada la valoración particular de cada uno de los ejemplares. Se trata de equipos en los cuales los ejemplares no conjuntan sus melodías armónicamente y se produce un sonido embarullado y monótono. También hay ejemplares que tienen uno o varios giros que destacan por encima de los otros, por diferentes motivos, y que cuando se hace un equipo con cuatro de ellos parece que estén repitiendo continuamente estos giros (un claro ejemplo de lo dicho son los ejemplares que realizan el giro campana, sobre todo en variación conjunta con floreo de onomatopeya tilón).