CRIA DEL TIMBRADO ESPAÑOL. TOMAS VALENZUELA, EMAIL: tomas.valenzuela@ymail.com
   
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  3ª Parte
 

PREPARACIÓN DE LOS CANARIOS DE

CANTO PARA LOS CONCURSOS

(3ª  PARTE)

          Por último, a la hora de separar los jóvenes machos, hay que asegurarse de que han finalizado por completo la muda. Es interesante que realicemos esta operación (la separación) gran dualmente, atendiendo principalmente a dos factores: la edad y las fechas de los concursos. Cuando dispongamos de un número elevado de machos y los concursos en los que pretendamos participar tengan fechas poco próximas, es conveniente que separemos los canarios gradualmente, en relación al grado de desarrollo de su canto, para poder tener diferentes lotes con los que competir en cada uno de ellos, sin tener que adelantar, o atrasar la evolución del repaso.

Distribuiremos los canarios por lotes de hermanos, si los hemos tenido así separados en la fase de voladero y si no lo hemos hecho así y los hemos tenido todos juntos, por semejanza de canto. Entre los canarios que tengan un mismo repaso, haremos una selección atendiendo a las características de sus voces, en especial al tono. Cada lote estará ubicado en un estante, o trasportín diferente.

4. Un período crítico: Como hemos indicado repetidamente, a lo largo del punto anterior, el hecho de introducir a nuestros canarios en jaulas individuales, como requiere la canaricultura deportiva, supone adelantar la evolución de su canto, para que madure a tiempo de poder competir en los concursos. Es por ese motivo por el que las primeras semanas en las jaulas de concurso son cruciales para el éxito o fracaso de nuestras aspiraciones deportivas. Dependiendo de la capacidad de adaptación de nuestros ejemplares a la situación descrita su repaso evolucionará en un sentido u otro. El hecho de que debamos procurar que las circunstancias medioambientales no varíen, respecto a la fase de voladero, se debe a esa labor de procurar, que dentro de lo que cabe, el canario no acuse en exceso el cambio de situación. Así, si quitamos luz, el canto de nuestros canarios sufrirá un considerable bajón, que puede propiciar un canto recortado y bajo de tono e intensidad, si por el contrario, aumentamos demasiado la luz, propiciaremos un mayor adelantamiento en la evolución que puede desembocar en cantos con giros degenerativos y, posiblemente a la estridencia. Una práctica aconsejada por algunos criadores en aras de logras una mejor aclimatación, es dejar que los canarios es puedan ver durante los primeros días de separación individual, no colocando las chapas o separaciones entre las distintas jaulas. De todo lo dicho, el lector puede deducir que en el manejo de los canarios de canto tanto exceso como el defecto provocan situaciones perjudiciales, difícilmente susceptibles de ser solucionadas, una vez que se producen por el criador.

El período crítico al que nos referimos, es el de la maduración forzada que tienen que llevar a cabo los jóvenes canarios hasta conseguir cerrar canto, o lo que es lo mismo, la realización del canto de un canario adulto, a lo que se añade la exigencia de acomodarse a ese patrón oficial denominado Código de canto, creado por el hombre para modelar el canto de los canarios bajo las cualidades musicales de ritmo, armonía y melodía. El tiempo que tarda el canario en cerrar canto oscila entre mes y medio y dos meses, dependiendo de las características de cada línea de canto, en particular, la mayor o menor complejidad de las variaciones que pretende fijar y de las circunstancias medioambientales, entre las que el hombre, sus aciertos y sus equivocaciones, ocupan el primerísimo lugar. Hay muchos canarios que potencialmente son auténticos campeones y que no alcanzan tal categoría, a la que genéticamente estaban destinados, por las torpezas de sus criadores. En suma, las atenciones que dedicamos a nuestros canarios son definitivas, para bien, o para mal, a la hora de obtener buenos resultados en la cria y preparación deportiva de los canarios.

Hasta que el canario no cierre canto no debemos sacarlo, del lugar donde se encuentre, para cantar, tal práctica supone precipitar la evolución del repaso del repaso, la preparación y entrenamiento tenemos que dejarlos para ese momento en el que, si bien sigue evolucionando su canto, ya no se corren riesgos de que giros en proceso de formación degeneren. El entrenamiento, al que dedicamos un punto más adelante, debe llevarse a cabo con canarios que realicen ya un canto sumamente avanzado, en el que se dejen notar los diferentes giros que lo van a componer pero al que le falta todavía la tonalidad, la intensidad y el colorido del timbre de voz que adquirirá en pocos días o semanas. El canto del canario sigue un ciclo, la habilidad del criador está en saber hacer llegar a sus ejemplares a los concursos en el punto de mayor esplendor, pues a partir de entonces, la mayoría de los canarios, empiezan a mostrar síntomas de celo y el canto empieza a perder musicalidad (ritmo, armonía y melodía), a medida que va ganando decibelios, como forma de demostrar su virilidad y con el fin de atraerá a las hembras, al tiempo de avisar a los otros machos de su presencia.

Hasta que llegue ese momento, en el que podamos ir sacando los diferentes lotes de sus estantes, o trasportines para escucharlos e ir aclimatando los a los cambios de lugar y a la presencia de otras personas, debemos escuchar y controlar a los canarios, sentados frente a ellos, para poder ver cuáles y cómo cantan, separando aquellos que demuestren una inferioridad en su aptitud para el canto y haciendo lo necesario para que el resto se desarrolle en las mejoras condiciones (Tengamos presente que, tanto en el voladero, como en las jaulas de concurso, antes de que el canario alcance un canto nítido, pasa por distintas fases en el proceso de plasmación de su patrón innato en una melodía y hay días que apunta gran calidad y otros en los que destaca una aparente mediocridad, que desilusiona al criador: No confundamos estas fluctuaciones, propias del repaso, con el proceso de recorta miento, o degenerativo, continuado que experimentan esos canarios a los que es necesario separar; una cosa son los cambios propios del canto en período de formación, que se producen intermitentemente, o de forma ocasional, y otra esos cambios continuados que se hacen día a día más patentes). Si hay ejemplares que necesitan una alimentación diferente (vid. Referencia anterior sobre la mezcla de alpiste y nabina) deberemos suminístrasela, si hay cambios bruscos de temperatura, que puedan perjudicar a las voces de nuestros pequeños tenemos les suministraremos, por ejemplo, agua de regaliz, o palo dulce, en algunas regiones, para prevenir problemas respiratorios que pueden perjudicar tanto su aptitud  para el canto, como la realización de las variaciones que conforman su repertorio (está más que demostrado que los resfriados, u otras enfermedades de las vías respiratorias, son la causa de que muchos canarios se malogren y de la emisión, en alto número, de casos, de giros nasales, así como de las temidas afonías; azote de la canaricultores de canto a lo largo de toda su historia). Incluso hay quien les da una pequeña bizcochera de pasa de huevo y miel una vez a la semana. En resumen, debemos estar pendientes de todas las necesidades que estos singulares estudiantes alados puedan precisar para poder sacar el máximo partido de sus condiciones innatas para el buen canto. A modo de recordatorio, tengamos presente que el fenotipo, o conjunto de caracteres perceptibles por nuestros sentidos, es el resultado de la incidencia sobre el genotipo, conjunto descárateles que un ejemplar ha heredado de sus progenitores y que puede transmitir a sus descendencias, de los factores medioambientales. De nada sirve tener un plantel de ejemplares de alta calidad, genéticamente, si luego no somos capaces de propiciar las condiciones precisas para que aflore.

5. Ejemplares que manifiestan una carencia de facultades (Giros defectuosos y canto excesivamente pobre y recortado): La esencia de la canaricultura deportiva es la mejora de las distintas razas de canarios. Para ello existen una serie de Códigos y Reglamentos, que recogen las características que deben tener los ejemplares de una u otra variedad. El camino para llegar a la ansiada y utópica perfección, es la selección zootécnica, mediante la cual eliminamos los ejemplares que no se ajustan al estándar de la raza y nos centramos en el trabajo de los considerados aptos para llevar a cabo nuestro objetivo, ya sean los concursos, o la reproducción con posterioridad a los mismos.

A lo largo de la temporada, desde que empezamos la cria hasta que van a empezar los concursos, la selección debe hacerse en tres estadios:

-Eliminación de los ejemplares con taras físicas.

-Eliminación de aquellos ejemplares que no se ajustan, por el motivo que fuere, al estándar de la raza que cultivemos. En nuestro caso, el canario de Canto Español (Timbrado), los motivos de descalificación en un concurso son: Presencia de factor rojo en el color; Rizos en el plumaje: Giros, en el canto, que hagan sospechar del cruce con otras razas Roller y Malinois), Cualquier otro indicio que pueda poner en evidencia el cruce con otras razas de canarios o especies distintas.

 
 
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