REHABILITEMOS NUESTROS “TIMBRADOS ESPAÑOLES”
En el año 1963, con motivo de celebrarse en Cádiz el primer Concurso- Exposición de canaricultura, expuse públicamente bajo el titulo que antecede, lo siguiente:
“Es innato en la mayoría de los españoles desvalorizar lo nuestro para realzar cualquier producto, por el sólo hecho de que tenga alguna significación o etiqueta extranjera”.
“Esto ha venido y viene sucediendo con nuestros canarios timbrados españoles, llamados injustamente “canarios del país”, denominación que, aunque algunos insisten en hacer ver es la adecuada, carece de fundamento y solo sirve para entendernos a medias dentro de nuestra casa.
“Todas las razas existentes hoy proceden del canario aborigen, que como todos sabemos, se cría en estado silvestre en las islas Canarias, alimentándose de algunos frutos, bayas especialmente del aspistillo que se produce en diferentes zonas de las referidas islas.
“Nuestros Timbrados Españoles, por haber sido obtenidos directamente del as central, son los de más vialidad de todas las razas existentes, de temperamento dócil, canto alegre y repertorio variado, emitiendo sus notas musicales con voz potente, que demuestra la cantidad de sangre pura que posee. Tiene cualidades extraordinarias para la enseñanza, aprendiendo fácilmente las estrofas que se les proporciona, bien por medio de máquinas, discos o simplemente a través del silbido de los aficionados.
“No es delicado en ningún aspecto, conformándose con sólo un poco de alpiste y pan humedecido, para que en la cría, alimente a sus hijos adecuadamente, desarrollándose éstos sanos y robustos. Soporta los cambios bruscos de temperatura sin que sus características naturales se transformen.
“Con lo expuesto no quiero decir que se debe eliminar el cultivo de otras raza para dar preferencia a la nuestra, sólo pido que cuando tengan ocasión de oír un “timbrado español”, dejen de pronunciar la frase despectiva que se viene oyendo “es uno del país”, deténgase y préstele un poco de atención, si es buen canaricultor y, de no pronunciarse con suavidad y su clásico repertorio, debe aconsejar al aficionado criador para que rectifique su plantel, si es que se encuentra capacitado y con conocimiento suficientes para hacerlo.
“Muchos aficionados a la cria de otras razas de canarios, al menospreciar de palabra a nuestros canarios “timbrados españoles”, entienden, que con ello demuestran saber bastante de canaricultura, cuando de esta forma solo hacen descubrirse como unos apasionados, que únicamente saben realzar lo suyo que, por regla general, es lo peor.
“Hay que tener en cuenta, que todo canario que se encuentre cantando con estridencia y monotonía no tiene que ser forzosamente un timbrado español –como muchos creen y quieren hacer ver-, este pájaro es la resultante de infinidad de cruzamientos entre elementos de diversas variedades, por tanto, solo es un canario” cunero” completamente distinto al “timbrado”. Estos pájaros aconsejo sea eliminado prontamente de sus criados, ya que, su reproducción séselo conduce a perder el tiempo, obteniendo, ejemplares que en lugar de alegrarnos las horas de ocio, nos las pueden amargar con pitadas y chillidos discordantes.
“Muchos aficionados a la cria de razas de canarios, al menospreciar de palabra a nuestros canarios “timbrados españoles”, entienden, que con ello demuestran saber bastante de canaricultura, cuando de esta forma solo demuestran saber bastante de canaricultura, cuando de esta forma solo hacen descubrirse como unos apasionados, que únicamente saben realzar lo suyo que, por regla general, es lo peor.
“Hay que tener en cuenta, que todo canario que se encuentre cantando con estridencia y monotonía, no tiene que ser forzosamente un timbrado español – como muchos creen y quieren hacer ver --, este pájaro es la resultante de infinidad de cruzamientos entre elementos de diversas variedades, por tanto, solo es un canario “cunero” completamente distinto al “timbrado”. Estos pájaros consejo sean eliminados prontamente de sus criaderos, ya que, su reproducción solo conduce a perder el tiempo, obteniendo, ejemplares que, en lugar de alegrarnos las horas de ocio, nos las pueden amargar con pitadas y chillidos discordantes.
“Hago resaltar que por la Confederación Ornitológica Mundial, asido reconocido internacionalmente el reglamento de canto de nuestros “timbrados españoles”, figurando los concursos mundiales de canto al lado de los Roller y Malinois, Enhorabuena al Sr. Presidente de la FOE y a los canaricultores integrados en la ACE que con su esfuerzo y entusiasmo consiguieron tan resonante éxito”.
Han pasado 16 años, desde que hice las manifestaciones anteriores y las circunstancias continúan adversas para este estupendo cantor, la propaganda en contra que hicieron unos cuantos aficionados, amparados tras las mamparas estatales, sin base ni justificación alguna, solo por el mero hecho de no haber podido participar en la confección de su reglamento de canto, ha producido con el tiempo el desconcierto, el desconocimiento y sobre todo que los canarios denominados “canto español” de procedencia asturiana, se estén haciendo pasar por lo que no son, y conste, que nada se tiene en contra de ellos, sólo que nadie sabe cómo se han hecho o se están formado, ignorándose al mismo tiempo, las normas que se han de aplicar para poder entender y valorar los giros que emiten en su canto. Lo único que está bien claro en este canario, es que sus características externas e internas (fenotipo y genotipo) son totalmente distintas al verdadero timbrado español y que, mientras a unos aficionados les agradan, a otros no les gustan lo más mínimo.
Vengo oyendo decir con frecuencia a los actuales aficionados del “timbrado español” que se debe refundir o variar el reglamento de canto aprobado en su día por la COM,, con el fin de unificar el criterio de los jueces y evitar lo que viene ocurriendo, pues mientras unos valoran ciertas notas, los otros las desprecian, con el consiguiente perjuicio para el aficionado, que no sorbe a qué carta quedar. Ya entiendo, que lo que se pretende es igual que si quisiéramos regir un bajo un mismo código al fútbol y baloncesto, por el mero hecho de utilizarse en su juego una pelota, esto señores, seria incongruente, por ser dos casas totalmente distintas.
De todos estos embrollos, solo se sabe que las planillas de calificación del “timbrado español” han sido variadas sin contar para nada con el aficionado cualificados, y sobre todo, sin haberse dado a conocer, mi expuestas las reglas, por las que se han de regir los jueces al efectuar la puntuación correspondiente, no solo es suficiente que cada nota sea valorada por un número determinado, hace falta conocer entre otras cosas, el volumen, tono, armonía, consonantes y vocales que componen cada una de ellas, para poder determinar su apreciación, sin ello, es imposible seleccionar y menos aún, calificar.
Mi modesto criterio pernal con respecto al asunto es que, a los denominados canarios de “canto español” se les dotara de un reglamento especial y distinto al del timbrado español y se sometiera a reconocimiento del máximo organismo mundial, sin anular o destruir como se pretende al que tanto trabajo costó conseguir su reconocimiento, aplicándole al expresado canario, el nombre de la Región de donde son oriundos, sin españolear tanto, pues timbrado español (castellano) canto español (asturiano) y raza española (catalana), son denominaciones parecidas que se vienen aplicando a tres variedades diferentes, creando con ello el confusionismo y el desconcierto entre los aficionados en general. El patriotismo desmesurado que se viene utilizando a través de la canaricultura, es inadecuado y perjudicial y si de alguna forma queremos hacer resaltar a la Patria, empecemos desde nuestra propia Región, respetando y aceptando las cosas y gustos del vecino y no menospreciándolas.
En Alemania, Inglaterra, Italia, Bélgica, Holanda, Francia, etc., han dado a sus canarios el nombre de la región en donde se produjeron y no por ello el orgullo nacional se ha maltrecho, resentido o resquebrajado.
Está visto y comprobado que en nuestro país, los intereses de unos cuantos continúan estando por encima del beneficio general. Ellos se lo comen. Precisamente los que no crían ni entienden de canarios, que son los que demostrado que debían estar al margen de la afición; queda por tanto demostrado que mientras unos se entregan y ponen al servicio de la canaricultura, otros se han introducir ido en la misma sólo para servirse de ello.
Por D. Cristóbal Leiva Sánchez